Adeline Virginia Stephen nació en Londres en 1882. Su padre era el novelista, historiador, ensayista, biógrafo y montañero sir Leslie Stephen (1832-1904).4 La madre, una belleza famosa, Julia Prinsep Jackson (1846-1895) era la segunda esposa de su padre; había nacido en la India, hija del Dr. John y Maria Pattle Jackson y más tarde se había trasladado a Inglaterra con su madre, donde sirvió de modelo para los pintores prerrafaelitas como Edward Burne-Jones.
Sus padres habían estado casados previamente y habían enviudado, y, en consecuencia, el hogar tenía hijos de los tres matrimonios. Leslie tenía una hija de su primera esposa, Minny Thackeray: Laura Makepeace Stephen, que fue declarada mentalmente incapaz y vivió con la familia hasta que fue ingresada en un psiquiátrico en 1891.6 Julia tenía tres hijos de su primer marido, Herbert Duckworth: George (1868-1934), Stella (1869-1897) y Gerald Duckworth (1870-1937). Leslie y Julia tuvieron otros cuatro hijos juntos: Vanessa Stephen (1879-1961), Thoby Stephen (1880-1906), Virginia (1882-1941), y Adrian Stephen (1883-1948).
Virginia fue educada por sus padres en su literario y bien relacionado hogar del número 22 de Hyde Park Gate, Kensington. Asiduos visitantes al domicilio de los Stephen fueron, por ejemplo, Alfred Tennyson, Thomas Hardy, Henry James y Edward Burne-Jones. Aunque no fue a la escuela, Woolf recibió clases de profesores particulares y de su padre. La eminencia de Sir Leslie Stephen como editor, crítico y biógrafo, y su relación con William Thackeray (era el viudo de la hija menor de Thackeray), significaba que sus hijos fueron criados en un entorno lleno de las influencias de la sociedad literaria victoriana.
Henry James, George Henry Lewes, Julia Margaret Cameron (tía de Julia Stephen) y James Russell Lowell, que fue el padrino honorífico de Virginia, estaban entre los visitantes de la casa. Julia Stephen estaba igualmente bien relacionada. Descendía de una camarera de María Antonieta, provenía de una familia de famosas bellezas, que dejaron su impronta en la sociedad victoriana como modelos para los artistas prerrafaelistas y los primeros fotógrafos. Además, acompañando a estas influencias, estaba la inmensa biblioteca en la casa de los Stephen, de la que Virginia y Vanessa (a diferencia de sus hermanos, que recibieron una educación formal) aprendieron los clásicos y la literatura inglesa.
Durante su vida, sufrió una enfermedad mental hoy conocida como trastorno bipolar. Después de acabar el manuscrito de una última novela (publicada póstumamente), Entre actos, Woolf padeció una depresión parecida a la que había tenido anteriormente. El estallido de la Segunda Guerra Mundial, la destrucción de su casa de Londres durante el Blitz y la fría acogida que tuvo su biografía sobre su amigo Roger Fry empeoraron su condición hasta que se vio incapaz de trabajar.
El 28 de marzo de 1941, Woolf se suicidó. Se puso su abrigo, llenó sus bolsillos con piedras y se lanzó al río Ouse cerca de su casa y se ahogó.
Su cuerpo no fue encontrado hasta el 18 de abril.16 Su esposo enterró sus restos incinerados bajo un árbol en Rodmell, Sussex.
La última obra de Woolf, Entre actos (1941) resume y magnifica sus principales preocupaciones: la transformación de la vida a través del arte, la ambivalencia sexual y la reflexión sobre temas del flujo del tiempo y de la vida. Es el más lírico de sus libros, escrito principalmente en verso.
Escribió asimismo una serie de ensayos que giraban en torno de la condición de la mujer, en los que resaltó la construcción social de la identidad femenina y reivindicó el papel de la mujer escritora.
En Una habitación propia revela la evolución de su pensamiento feminista. Destacó a su vez como crítica literaria, y fue autora de dos biografías: una divertida recreación de la vida de los Browning a través de los ojos de su perro (Flush) y otra sobre el crítico R. Fry (Fry).24 Asimismo, junto a E. M. Forster, llegó a escribir una carta a varios periódicos ingleses sobre el efecto que la censura tenía sobre el ánimo de los escritores, a raíz del intento del Sunday Express de condenar la novela de temática lésbica El pozo de la soledad (The Well of Loneliness, en inglés), de Hall.
La obra novelística de Virginia Woolf recibe influjos de Marcel Proust, James Joyce, Dorothy Richardson, Katherine Mansfield y posiblemente Henry James. Lo que le es realmente característico, lo que la hace prominente entre sus contemporáneos es precisamente que trató de hallar un camino nuevo para la novela, apartándose y dejando de lado el realismo imperante y abandonando la convención de la historia así como la tradicional descripción de los personajes.
Woolf siguió publicando novelas y ensayos como una intelectual pública con éxito tanto de crítica como de público. Gran parte de su obra la publicó a través de la Hogarth Press.
Ha sido saludada como una de las grandes novelistas del siglo XX y una de las más destacadas modernistas.26
Woolf está considerada una de las grandes renovadoras del idioma inglés. En sus obras ella experimentó con la corriente de pensamiento y lo psicológico subyacente así como los motivos emocionales de los personajes. La reputación de Woolf declinó profundamente después de la Segunda Guerra Mundial, pero su eminencia fue restablecida con el auge de la crítica feminista en los años 1970.
Su obra fue criticada por epitomar el estrecho mundo de la intelectualidad inglesa de clase media. Algunos críticos juzgaban que carecía de universalidad y hondura, sin el poder de comunicar nada de relevancia emotiva o ética al desilusionado lector medio, cansado de los estetas de los años veinte. También la criticaron por anti-semita, a pesar de estar felizmente casada con un judío. Este antisemitismo se saca del hecho de que ella a menudo escribió sobre personajes judíos en arquetipos y generalizaciones estereotípicos.28 El creciente antisemitismo de los años veinte y treinta tuvo una influencia inevitable en Virginia Woolf.
Escribió en su diario, "No me gusta la voz judía; no me gusta la risa judía." Sin embargo, en una carta de 1930 a la compositora Ethel Smyth, citada en la biografía de Nigel Nicolson, Virginia Woolf, recuerda que presumía del judaísmo de Leonard confirmando sus tendencias snob, "Cómo odié casarme con un judío - Menuda snob que era, pues ellos tienen una inmensa vitalidad." En otra carta a su querida amiga Ethel Smyth, Virginia da una mordaz denuncia del Cristianismo, apuntando a su "egotismo" con pretensiones de superioridad moral y afirmando que "mi judío tiene más religión en la uña de un pie --más amor humano, en un pelo."29 Virginia y su esposo Leonard Woolf realmente odiaban y temieron al fascismo de los años treinta con su antisemitismo sabiendo que ellos estaban en la lista negra de Hitler. Su libro de 1938 Tres guineas era una censura al fascismo.30
Las peculiaridades de Virginia Woolf como escritora de ficción han tendido a oscurecer su fuerza central:
Woolf es sin duda la más grande novelista lírica en el idioma inglés. Sus novelas son altamente experimentales: una narrativa, frecuentemente sin acontecimientos y lugares comunes, se refracta - y a veces casi se disuelve—en la conciencia receptiva de los personajes. Un intenso lirismo y virtuosismo estilístico se funden para crear un mundo abundante con impresiones auditivas y visuales.